Fundación Ciencias para la Cannabis (FCPLC) nace de facto en la ciudad de Concepción – Biobío, Chile, en septiembre de 2014, siendo civilmente fundada en el mismo terruño el mes de julio de 2015 como fundación científica sin fines de lucro y de interés público (Rut. 65.114.204-0).

Nos autoconvocamos sobre los pilares de un cuerpo que se articula en horizontalidad brutal, conformando un equipo de personas con oficios, entrenamiento y profesiones transdisciplinares, hoy cubierto de experiencia en áreas de la clínica médica humana, clínica médica animal no-humana, de la educación para niveles preescolar, escolar, universitaria y de posgrado, en áreas de la investigación biológica y las ciencias de la salud, de la ingeniería informática y bioinformática, por supuesto, del lenguaje y comunicaciones.  

“… entendemos la Horizontalidad como una disposición psíquica y social, interior y exterior al sujeto, en la cual ningún hombre y mujer anula la libre expresión de otro, de manera que todos pueden manifestarse sin hallar un obstáculo en el otro, sino más bien un apoyo para el propio crecimiento”. Santos, 2006. De la verticalidad a la horizontalidad, reflexiones para una educación emancipadora.

Nos aúna un sentido común que pronto trasciende como el imperativo ético que nos moviliza para abordar la problemática de las drogas como un fenómeno en sus dimensiones biopsico-socioculturales y políticas, con perspectiva de género y enfoque comunitario, asentados sobre el respeto irrestricto a los derechos humanos.

Nuestra misión se conduce hacia el diseño, ejecución e impulso de iniciativas para el desarrollo de investigación y artes en torno al fenómeno de las sustancias psicotrópicas, anhelando con ello contribuir al bienestar de todos los seres vivos. Nuestra prioridad es la Cannabis sativa, con énfasis en sus aplicaciones terapéuticas, socioculturales e industriales.

Apelando a la democratización de conocimientos y la justicia cognitiva, aspiramos a fortalecer la autonomía tanto individual como de las comunidades, mediante acciones de divulgación de información y saberes situados en distintas epistemes de origen, que se configuran como herramientas argumentativas y reflexión previa a la toma de decisiones que traspasan espacios de soberanía íntima inalienable, como lo es el cuerpo propio.

Actuamos en sentido de una educación emancipadora mediante la construcción de talleres, cursos, programas de formación técnica, profesional y posgrado, diseñados para integrar saberes que conduzcan a una comprensión más profunda de los distintos aspectos que circundan el uso de sustancias psicotrópicas, incorporando elementos de lectura crítica de información que se configuran como herramientas de actualización continua para la vida.

Abogamos por una política pública de drogas basada en conocimientos que protejan la salud pública, siendo aquella el bien jurídico de pertinencia, contextualizada en el SER humano y centrada en el ejercicio de la empatía, solidaridad, humildad, compasión, la justicia social, cultural y cognitiva. Para ello, contamos con un dispositivo paralelo llamado “Proyecto Epicuro” , donde focalizamos el diseño e implementación de estrategias que promuevan el despliegue de herramientas para la autogestión del placer, mitigación de riesgos y reducción de posibles daños en personas que usan drogas, y también de personas que sin ser usuarios de drogas, forman parte de su contexto. Apuntando en esta misma dirección, participamos en ámbitos judiciales como peritos de la Defensoría Penal Pública (DPP) de Chile con principal foco en causas protagonizadas por usuarios de drogas que cursan infracciones menores a la Ley 20.000 que regula el tráfico ilícito de estupefacientes. 

Apuntamos hacia la construcción de un mundo más equitativo, humanitario y amoroso, donde los vínculos horizontales nos permitan acceder a todo lo necesario para realizarnos en autonomía material y psicoemocional, en expansión espiritual, bienestar personal y universal, integrando principios ecológicos como eje del desarrollo sostenible.